#¡Crónicas musicales!
#"Coquito"
#(el timpanista durmiente)
Por Omar Alfonso Reyes Canto
#Resulta ser que hace ya bastantes años (aproximadamente unos 45)había una gran orquesta en Cuba (de la cual ya hube de escribir en este Blog)que entre sus disímeles funciones, era la de acompañar a un no menos importante cuerpo de bailes, el del Conjunto Folclórico Nacional
#La Orquesta, que también realizaba una labor de investigación y difusión de la música popular y clásica cubana, se dedicaba a acompañar las producciones musicales que en el teatro Mella (situado en la calle Linea del vedado), se presentaban todos los años en temporadas que duraban hasta unos tres meses; de jueves a domingos, habiendo dos funciones los domingos.
#Así pues, la Orquesta, compuesta por un formato musical heterogeneamente sinfónico, acompañaba al cuerpo de bailes del Conjunto Folclórico Nacional, en el ciclo de titulado "Música Popular", el cual era un programa en elcual se ejecutaba, retrospectivamente, la música del clasisismo cubano de principios del siglo XIX,así como la popular también, hasta los estilos que habían surgidos en pleno siglo XX, hasta el presente de aquel entonces; que era dentro de la tercera década de la segunda mitad del siglo pasado...o sea, en los primeros 3 años de la década de 1970.
#Pero, sinceramente, a pesar de haber contado la Orquesta con varios ensayos ( de orquesta y generales con cuerpo de bailes, vetuario, sonido y luces ), y nos sabíamos todo el programa de memoria a la cabalidad, ya que, para este tipo de producción artístico-musical es necesario tocar todo de memoria, por cuanto la orquesta estea situada en el mismo escenario, como parte integral de todo el espectáculo, aun así, siempre existía la posibilidad real de que un imprevisto (prevesible) pudiera echar a perder todo el esfuerzo artísticamente colectivo...
#El problema era -si es que podemos llamarlo problema-, de que nuestro querido timpanista, cariñosamente apodado "Coquito" evidentemente padecía de una enfermedad que hace que las personas que la padecen se quedan quedar dormidas en un instante, en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia... Y nuestro querido "Coquito", que de cierto era un gran timpanista,con vasta experiencia profesional, tenía bajo su reponsabilidad musical la ejecución de ciertos pasajes o frases que eran muy importantes en los varios arreglos musicales de la producción... -y recuerden que, esto era un espectaculo en vivo, desarrollado todo en el escenario, y de una hora y media de duración... ¡hum!, definitivamente, el riesgo era pero que muy grande ¡eh!
#Por ello, nuestro director musical, el laureado maestro Obdulio Morales,(gran folclorista de nuestra música), tenía que, disimuladamente, acercarse a la cuerda de la percusión ( o a otro músico de cualquier otra cuerda de la orquesta) para recordarnos de que no dejáramos de "vigilar a "Coquito" ni por un instante; especialmente cuando en la partituta habían varios compases que esperar antes de la entrada del Timpani...hecho que poría facilitar que nuestro amigo comenzara a pestañar...
#Y es que no sólo habían varios ritmos que interpretar en la producción musical en los cuales el timbal tenía un rol principal; tal como el Danzón,(nuestro Baile nacional). Aquí "Coquito" baqueteaba su cinquillo en los parches del timbal como ninguno, y siempre acorde con el sentido bicompasado de la clave. Al igual que también tocaba la cáscara antigua del Danzón en los laterales de los dos timbales; especialmente cuando venía la parte del montuno...-como en el caso del primer Danzón al cual se le agregó la parte del montuno: "El Bombín de Barreto", del insigne maestro José Urfé.
#También habían efectos especiales en los arreglos musicales, en los cuales el timbal, así como el resto de la percusión, tenía que ejecutar con todo el resto de la orquesta...o sea, que la responzabilidad bien se las traía... Por lo que, "a buen entendedor con pocas palabras basta",la labor del timbal era cosa bien seria....-cierto de que ahí, ¡sí que se corría un verdadero peligro..!
#Por supuesto, muchas fueron las veces en que confrontamos esta situación en pleno espectáculo... Pero, afortunadamente, siempre hubo algún músico de la Oquesta que pudo acercarse donde se encontraba "Coquito" (el cual casi siempre estaba entado placidamente en su silla y medio adormilado)y le alertara (o mas bien le despertara), para que pudiera tocar su parte en el timpani según estaba indicado en la partitura (partichela); y así poder evitar lo que pudiera haber sido una sonada "catástrofe musical". -Desde luego, dado el hecho de que esta situación se repetía con frecuencia, pues, ya no estaba excenta de cierto contenido humorístico a saber...- lacual compartíamos todos los músicos de nuestra otrora entrañable Orquesta...
#Ahora bien, por otra parte, quiero señalar de que nuestro compañero "Coquito" era un músico sumamente experimentado, con una vasta carrera profesional a su haber y un gran conocimiento de los géneros de la música popular cubana... Además de ello, era una persona afable, de muy buen caracter y sumamente educado. Por todo lo cual, se hizo merecedor del respeto y la admiración profesa de todos los miembros de la Orquesta y del Cuerpo de bailes y la Administración del Conjunto
Omar
Notas.
#Hace algún tiempo, en uno de mis conciertos didático-musicales,(o, como en su tiempo los hube de acuñar: "Conciertos bailables"), también uno de los primeros violinistas de la orquesta se quedó dormido en pleno concierto; durante unos cuantos compases de silencio en que la sección de las cuerdas no participaba... Evidentemente, esta persona tenía el mismo padecimiento que nuestro otrora timpanista, el entrañable "Coquito."
#No se si este entrañable compañero músico aun vive o ya murió ( ya que en aquel entonces ya él era entrado en años ) pero de lo que sí estoy seguro es de que muchos de sus antiguos compañeros le han de recordar con gran afecto...
#Con anterioridad, y quizás apartándome un poco del tema central de este escrito (y del mismo blog en si), hube de escribir algunas cosas que, por no ameritar ocupar un espacio dentro del contenido del mismo, pues, llana y sencillamante, terminé borrándolas...
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