miércoles, 31 de octubre de 2012

#Crónicas musicales #Los primeros grupos del Barrio)


                         #Crónicas musicales

                        #Los primeros grupos del Barrio

Por Omar Alfonso Reyes Canto 

   Ya desde los primeros años de la década de 1960, (exactamente entre 1962 y 1963) las inquietudes musicales de algunos jóvenes (y otros no tan jóvenes), de nuestra barriada (repartos como Rîo Verde, Pan América, Baluarte y Pastorita) comenzaban a acentuarse…; a los efectos de formar grupos musicales en los cuales se pudiera canalizar el talento innato que muchos poseían…

  Así, en el reparto Pan América, surge un grupo musical. que fue conocido como “El Combo de Justino Herrera”, quien a pesar de ser un  músico de “oído”, (como se le cataloga a los músicos sin formación académica alguna),tenía un gran oído musical y un gusto extraordinario para elegir y montar el repertorio del grupo; además de ser un excelente guitarrista y técnico de sonido que trabajaba en el aeropuerto de Rancho Boyeros;- muchos fueron los “pickup para guitarras eléctricas que este señor construyó para no menos guitarristas profesionales. 

   Con su cantante llamado William, (dueño de una voz sonora muy apropiada para los boleros y sones de la época) y, entre otros miembros, un bongosero muy bueno llamado Pablito,(que residía en el Wajay), y un servidor en la pailas (o timbales), este genuino grupo se destacaba por tocar música puramente cubana; principalmente, al estilo del conjunto de “Chapotín”. Pero, -y esto lo refiero como nota humorística al respecto-, se puede agregar que los “cañangasos” fueron muy prolíferos en algunos de los ensayos, y, por ende, algunas veces terminaban los mismos ( los ensayos, no los "cañangasos"), de una manera abrupta producto de una bulliciosa "bronca" de estilo “alcohólico-musical"; casi siempre entre el director Justino y el cantante William..."por alguna que otra discrepancia tonal"...Pero, como es de suponer. al siguiente día el "tono" volvía a la normalidad...; tal como si nada hubiese sucedido…(!)

   También, hubo otro pequeño grupo musical que surgió más o menos por la misma época que el anterior; -o, quizás para mí, algún tiempo antes-.  Sus integrantes nos reuníamos esporádicamente para ensayar en casa de uno de sus miembros, el "Viejuco" (Fernandito), que a su vez era el hijo del dueño de la cafetería "Anisia";  quien también era miembro del grupo. Este grupo estaba formado, entre otros, por Fernandito en la guitarra acústica, a cargo del "punteo", su padre Fernando en la otra guitarra acústica, a cargo del acompañamiento, Tony, (alias "Maceo'), en las tumbadoras, un servido en los bongoses; y había alguien más que no recuerdo, que tocaba las maracas. Fuimos a tocar quizás un par de veces a fiestas campesinas (en una finca localizada en las cercanías de Quivicán) y a algún que otro lugar en el mismo reparto...El repertorio fue en su mayoría de estilo campesino, Son Montuno, Guajiras, Criollas,algún Bolero, Guarachas, etc....; aún me viene a la mente la letra de una de aquellas guarachas que decía: "Yo no tumbo caña, que la tumbe el viento,que la tumbe Lola con su movimiento"... Sin lugar a dudas, este grupo sirvió casi como de introducción a nuestras primarias inquietudes musicales ... 

   Otro grupo que comenzó a formarse más o menos por la misma época, pero esta vez en el reparto Río Verde, fue el “Combo Antillano.” Este fue un grupo más organizado que los dos anteriores. Estaba formado en su mayoría por jóvenes, (y otros no tan jóvenes), como era el caso de su bajista, Argelio Curbelo, -un excelente músico profesional que recién había llegado al país desde los, EE. UU-, y un “maraquero” muy bueno llamado Arnaldo, quien había trabajado con famosos trios por casi toda la América. El repertorio del grupo incluía la música cubana más contemporánea de la época. El director de este grupo musical lo fue su fundador Angel Moreno, ( Angelito), muy buen guitarrista y la voz falsete de los coros. Otros integrantes de este combo lo fueron los cantantes Carlitos (muy bueno en el estilo de charanga), y Osvaldo,( excelente en el estilo de "Feeling"), el bongosero que era apodado “El Hueso”, (era buenísimo tocando cualquier instrumento de percusión; sencillamente era el mejor de todos nosotros), el tumbador también con otro apodo, “El musiquito”, ( muy bueno también), y un servidor en las pailas, (con platillo y bombo);  al estilo de uno de los conjuntos más famosos del momento:  "Los Bocucos", dirigido por su excelente cantante de estilo inconfundible, el gran Pacho Alonso.

   Este grupo musical ensayaba dos y tres veces a la semana, y estaba afiliado al movimiento de aficionados de la Casa de la Cultura de Santiago de las Vegas; la cual en aquel entonces era dirigida por un señor de apellido Fortún (o Fortum).

   Un par de anécdotas al respecto de nuestro grupo las refiero a continuación. En una  oportunidad fuimos invitados a tocar para un evento público que se iba a efectuar en horas de la noche en una tarima situada en el cuchillo, (encuentro), que hacen las calles Norte y Sur, en el reparto Baluarte. Para tal presentación, habíamos decidido pintar esta vez las únicas “guaracheras” que teníamos de color amarillo,(otras veces fueron azules, blancas, verdes, etc.); pero con un “tinte” que no ofrecia características de permanencia... Y asi mismo fue. De pronto, un ligero aguacero comenzó a “aguar” la función y nuestras “guaracheras” comenzaron como que a desgastarse, cuando aquel tinte amarillo comenzó a desaparecer poco a poco de las mismas; a la vez que  nos manchaba las manos, el instrumento, los pantalones y hasta los mismos los zapatos…

   También, por ese entonces, para afinar los parches de los instrumentos de percusión (los que en su mayoría carecían de llaves), se necesitaba calentar los mismos con fuego; lo que muchas veces se lograba con una lata conteniendo alcohol. Pero, como es de suponer, con la humedad proporcionada por este mismo aguacero de verano, pues, no había manera de que estos parches sonaran bien…; por ejemplo,las pailas, las tumbadoras, los bongoes, etc., sonaban como si se le hubiera dado una patada a un latón de basura...o más bien a una maleta…

   En otra oportunidad ,el presidente de Cultura, (el mencionado señor Fortún) , nos propuso un viaje en avión con destino a una feria a celebrase en Pinar del Rio. Bueno, el caso es que ese día, desde las 6 de la mañana ya estábamos vestidos con las famosas “guayaberas” (creo que esta vez de "blanco veteado"...; por el embate de tantos tintes...), esperando por la transportación que nos llevaría al aeropuerto de Rancho Boyeros. Creo que es obvio el relatar el entusiasmo que sentíamos todos ante la magnitud de tal expectativa… Entre ensayar algunos temas musicales para el evento y descansar esporádicamente, etc., estuvimos esperando hasta las 12 de la noche…; para, finalmente, convencernos mutuamente (ya con certeza) de que el viaje había sido cancelado…(!)

   Había otro grupo musical que se estaba formando en el vecino reparto de Baluarte. Sus integrantes eran casi todos estudiantes de la secundaria básica que estaba ubicada en una vieja y grande casona (creo que el nombre de ésta era “El Chalet de Gobea) en Rancho Boyeros. Este era un grupo asiduo a interpretar la musica de corte más juvenil, como el Rock, la Balada, el Calypso,etc. Sus integrantes lo eran, Ricardito en la batería, (la que solamente estaba formada por unos redoblantes de colegio alineados encima de una mesa y un platillo), Alfredito, alias “Bemba”,en la tumbadora  (quien me enseño los primeros toques de este instrumento, en este caso de la música de la orquesta Aragón, encima del mostrador de la cafetería Anisia), Arturo como cantante principal, y el talentoso Efraín Rodríguez, como guitarrista principal, director y voz secundaria.
       
   Eventualmente este grupo se transformó en una agrupación musical más grande y organizada, con la que, finalmente, llegaron a profesionalizarse todos sus integrantes...; ya con la adquisición de Angel Moreno en la guitarra ritmica, (el mismo del Combo Antillano), el “Prity” en el bajo (muerto accidentalmente a temprana edad), al que después suplantó Zequeira, y el baterista Derby,etc. Por supuesto que me refiero al grupo musical  “Los Gafas.”

   Un dato curioso en cuanto a la instrumentación de los Gafas es que por lograr acubanizar la música que estaban interpretando,(siguiendo instrucciones oficiales) , música que en su mayoría era en estilo de Rock norteamericano, incluyeron una tumbadora al formato del mismo; el cual estaba compuesto por dos guitarras, un bajo, una batería, y creo que alguna vez  una organeta... Pues bien sin ningún tipo de pretensión con respecto al futuro de la evolución de la música latina, al incluir la tumbadora (conga), sin saber estaban creando las pautas del futuro "Rock Latino" en los EE.UU y en el mundo. Casi una década después, precisamente en los EE.UU, es que diera a conocer el genial Carlos Santana esta modalidad de la música de Rock; o sea el mismo "Rock Latino".  No es de extrañar que este insigne músico de origen mejicano expresara en el Miami Herald, a mediados de los años 80s, con  respecto a su evaluación de la música cubana,  (la que sin lugar a dudas está ritmáticamente presente en gran parte de su obra), que, "sin los cubanos no existiera el Beat del Rock & Roll..."

Omar

Notas. 

   En los próximos escritos continuaremos escribiendo sobre los grupos que se avecinaron a principios de la década de 1970, como "Los Serios" de Río Verde", "Los Pléyades" de Santiago de las Vegas, "Los Metálicos de Bejucal", etc.; y uno que aunque no recuerdo el nombre, sé que se creó en el reparto Pan América; pero si recuerdo con mucho sentimiento a uno de sus integrantes, Avilito, talentosísimo joven (casi adolescente), genial guitarrista, lleno de ilusiones e ideas musicales; las cuales quedaron truncadas cuando accidentalmente recibió un impacto de bala que le quitó la vida mientras cumplía el Servicio Militar Obligatorio...

   Así pues, de esta manera amena y responsable, trataré de abrir cada gaveta que yace en el archivo musical de la memoria, en busca de historias reales que sirvan para dar a conocer, (y valorizar), el talento musical de nuestra juventud de entonces...; y que las mismas sirvan de aportaciones valideras a nuestras crónicas musicales. 




    

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