jueves, 8 de octubre de 2015

#¡Detrás del Pentagrama! #El Timbre Orquestal




                            #“EL TIMBRE ORQUESTAL”

   Una de las características más importantes que en el pasado tenía una orquesta, y la cual cuidaba mucho de conservarla como modo de identificación, -digámosle al efecto de la personificación-, la cual le distinguía de las demás, era la conocida como “timbre”…

   El timbre era el sonido que identificaba a las orquestas entre si, con un sonido diferente cada una; aun las mismas tuvieran el mismo formato orquestal… -Me explico-. Por ejemplo, en el caso de las orquestas cubanas de formato de charanga francesa, o sea, las que tenían en sus instrumentación una flauta, dos o tres violines (a veces un cello), un piano, un bajo, un par de timbales, una tumbadora, un güiro, y dos o tres cantantes, etc., (alguno de ellos tocaba el güiro y algún que otro instrumento de los llamados de percusión menor), habían diferencias sonoras en muchas de las mismas; a pesar de las mismas tener más o menos la misma instrumentación...


  En efecto, de este tipo de orquestas (a veces confundidas como “típicas”) habían muchas en el país; pero casi todas sonaban distinto; y esto se notaba entre las más famosas… Entre estas que gozaban de mucha popularidad entre los bailadores, existían dos que por el color orquestal (timbre) que ambas tenían, pudieran ser un ejemplo de la importancia del timbre orquetsal a saber...Siempre me llamaron la atención estas dos formidables agrupaciones musicales,   precisamente en cuanto a la distinción tímbrica que existía entre ellas; a pesar de que ambas tenían el mismo formato orquestal. Estas orquestas fueron La Aragón y La Sublime.

   Creo que los más significativo (y quizás lo único) a resaltar en cuanto a la diferencia de timbre entre ambas, y de hecho se identificaban como tales desde los primeros compases de cualquier pieza musical que interpretaran, eran las voces… Los cantantes de la Aragón interpretaban las canciones al unísono, produciendo un timbre único que a la posteridad marcó la pauta al sello distintivo del estilo charanguero… Mientras que los cantantes de la Sublime hacían voces, o sea, armonías vocales; la mayoría de las veces en terceras…

   Siempre he sido de la opinión de que el factor tímbrico de una orquesta, un cantante, o un interprete instrumental, ha jugado un papel sumamente importante en el ascenso de una carrera artística a saber. Es como que de antemano, se cuenta con el 50% a nuestro favor… -Y aun más- Puede que haya un cantante que no tenga una voz muy afinada, y quizás hasta con una dicción que a veces deja mucho que desear, pero si tiene un “metal de voz” (que es como muchas veces la gente dice al referirse al mismo timbre o color de la voz) hay muy buenas posibilidades de triunfar en el empeño…(!) Y este fenómeno del timbre, que existe en la apreciación popular, es debido a que, evidentemente, el artista en cuestión “no se parece a nadie”; entonces es muy bien recibido por la audiencia en general…- Sabido es de que voces que no son claras, son roncas, suenan extrañas, que las más de las veces desafinan, finalmente han triunfado… especialmente en los últimos años.

   Pues bien, eso es en cuanto a algunas voces humanas de hoy día, aunque aún hay agradablemente distintivas excepciones…Escuchen a un gran artista español que se ha ido introduciendo en los oídos de los que le esperaban desde hace años… Una voz excepcionalmente afinada, llena de color, con un profundo dominio de la dinámica y los matices, con una tesitura excepcional, interpretando sus propias canciones llenas de un lirismo y una música bellísima, #Pablo Alborán, el joven cantautor de Andalucía (malagueño) sin lugar a dudas, está cautivando el aun salvable mundo musical de hoy día…

   Volviendo a los timbres de las agrupaciones musicales de antes, podemos observar de que manera se distinguían muchas de las grandes orquestas de entonces. Pero, solamente quisiera hacer referencia a cuatro de las mismas; por cuanto sus directores crearon verdaderos timbres por los cuales se identificaron absolutamente desde el principio del mismo arreglo en cuestión…


   Estos geniales maestros musicales, que al frente de sus respectivas orquestas llevaron sus inconfundibles sonidos a través del mundo, fueron Glenn Miller, con su timbre basado en poner un clarinete por encima de la cuerda de los saxofones; timbre el cual, dicho sea de paso, sugió accidentalmente, cuando el primer alto de la cuerda de los saxofones faltó a la grabación y otro lo sustituyó tocando la parte de este con un clarinete... Mantovani, con su efecto de sonoro conocido como cascada en los violines... para lo cual, se pasaba horas en los estudios de grabación para lograr ese sello sonoramente distintivo (timbre orquestal) que le identificó en el mundo musical de entonces. Ray Conniff, que entre muchas otras cosas musicalmente geniales, creó un sonido único (timbre); al mezclar las voces de las cantantes sopranos con las trompetas y las de los cantantes tenores con la de los trombones... 

   Y dejado para final, un verdadero genio de la música instrumental, el gran maestro Barry White. Este eminente maestro supo crear un sonido orquestal único, donde las guitarras, las cuerdas y el ritmo se mezclaban en un todo para recrear un timbre originalmente inconfundible; nunca antes experimentado en el mundo del sonido instrumental...- ¡Ah! y con instrumentos musicales reales; no computerizados... (!)

   Así, a través de sus extraordinariamente bellas composiciones musicales, instrumentales y no instrumentales, porque algunas de ellas fueron cantadas por él mismo, el cual tenía una voz de barítono hiper afinada, Barry White, el entrañable gran maestro musical, logró impactar al mundo de principio de la década de 1970, con ese sonido instrumentalmente orquestal creado por él; producto de la magia musical de su innato talento artístico...

Omar

Notas 


Se que pudieran haber otras orquestas que también produjeron timbres  excepcionales; pero estas que he mencionado, evidentemente, marcaron una pauta a saber en el ejecicio de la música orquestal...  

Algunos de los timbres orquestales conocidos fueron creados por orquestadores; a los cuales los mismos directores musicales de las orquestas, usualmente tendían a comisionarles esta importante labor profesional... 

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