jueves, 3 de octubre de 2013

#¡Crónicas musicales! #"La importancia de leer música"

!Crónicas musicales!


                    "La importancia de leer música"


Por Omar Alfonso Reyes Canto


    Uno de los consejos que por experiencia propia recomiendo al respecto de entender la música, tanto a aquellos que comienzan a estudiar la misma, como a los que necesitan o quieran desarrollar el ámbito rítmico de su propio entendimiento musical, pues, solamente hay una manera de lograrlo: aprender a leer las notas musicales en sus propios valores…


   La lectura musical es una de las cosas más importantes en la comprensión de la música en general. Sin la misma, muchas facetas de la música serían indudablemente inadvertidas por nosotros; tanto sonora como rítmicamente...

   En una ocasión en que yo aún estaba estudiando en el conservatorio, varios músicos profesionales nos hicieron una visita con el propósito de alentarnos en cuanto a nuestros estudios. Para los mismos, por indicación de nuestro maestro, tocamos un par de piezas musicales en un grupo improvisado al efecto... Al parecer yo les causé una buena impresión por la manera en que toqué la batería esa noche,que me invitaron a tocar con ellos en un ensayo con la orquesta que estaban formando para un programa de televisión...-Parecía ser de que ellos pensaban de que yo ya sabía leer música...

   Llegado el día en que se iba a efectuar el ensayo, me personé en el lugar como se dice, "en tiempo y forma"; con la mayor disposición y entusiasmo posible... Y todo fue funcionando más o menos bien; tocando temas musicales que ya yo me había aprendido de oído... Pero, entonces la persona encargada de contratar a la orquesta para el susodicho programa, llegó con los papeles musicales que había que tocar en el mismo...

   Por supuesto, que yo no entendí "ni papa" de lo que estaba escrito en los papeles...y, evidentemente, esto se hizo notar inmediatamente... Por lo que el director de la orquesta, con mucha pena, me dijo de  que tendría que buscar a otra persona para tocar la batería... que, evidentemente, yo aún necesitaba superarme más en cuanto a la lectura musical...

   Y así fue. Me fui del ensayo con la pena más grande; me sentí como abochornado al efecto... no sé...Pero el caso es que anduve deambulando por la ciudad pensando solamente en lo que me había sucedido...sin atinar a hacer nada más...

   Pero, después de unos día comencé a darme cuenta exactamente de lo que debía de hacer, para así más nunca pasar por la misma experiencia que lamentablemente había experimentado...Entonces, me decidí a aprender a leer música en cuanto libro de lectura musical cayera en mis manos, sin importarme si el mismo era de solfeo o un método de cualquier instrumento musical...y lo más importante para completar mi propósito: tocar todas las lecciones con los dos palos o baquetas de la batería...

   Y finalmente lo logré...Llegué a tocar la batería (así como dirigir y arreglar), para importantes orquestas y muchos shows en los cuales acompañé a infinidades de artistas de todos los niveles; para lo cual, como es de suponer, había que leer música a primera vista...

    Pero lo más importante de mi experiencia personal al efecto de leer música llegó cuando tocaba para la Orquesta del Conjunto Folclórico Nacional. Es ahí donde, precisamente, la posibilidad de leer música me abrió no solamente las puertas de la Orquesta, sino también el entendimiento de la complejidad ritmática de la música afrocubana a saber...

   Cuando los tambores comenzaban a tocar ritmos ancestrales afrocubanos, que fueron los que contribuyeron a la concepción de los rasgos de la nacionalidad musical cubana, mi oído inexperto no los podía asimilar del todo; casi siempre me quedaba sin poder entender la polirritmia de los mismos.. Entonces traté de encontrar una manera que primeramente me permitiera entenderlos, para después poderlos interpretar...

   Así fue que estando trabajando con la orquesta del show del Cabaret Nacional, en varias ocasiones nos reunimos varios músicos de la misma en el camerino para tratar de tocar en varias tumbadoras los 24 toques del fundamento de la religión Yoruba; que el insigne musicólogo cubano Don Fernando Ortiz había transcrito en su libro titulado, "Africanía de la Música cubana."

   Si extraordinaria y eficaz fue la labor de este eminente investigador del folclor cubano, en el sentido de plasmar en blanco y negro este aspecto de la cultura negra cubana(hasta ese entonces desatendida por la ignorancia que emana de los prejuicios raciales), aun más hay que destacar y catalogar la labor de aquellos percusionista en su mayoría afrocubanos, que supieron proteger con sus tambores una cultura musical milenaria; la cual intrínsecamente proyecta una de las polirrítmias más bien desarrolladas de todos los tiempos; semejante en el aspecto rítmicamente lineal y horizontal, a la misma polifonía europea de los siglos XVII y XIII...

   Y así, mediante el ejercicio de la lectura musical, ya que, como dijera anteriormente, mi facultad auditiva no estaba capacitada para ello, pude lograr entender la compleja confección ritmática de los ritmos afrocubanos que componen gran parte de nuestra música popular... Por lo que, gracias al ejercicio mental de la lectura musical, pude superar la limitación física de la audición ante la expectativa ritmática; la que en un principio me afectaba totalmente la comprensión de la misma...

   Hoy día puedo decir que gracias al dominio de la lectura musical, o lo que es, "la importancia de leer música", pude escribir mi libro "El Secreto de la Clave"; el cual está basado en un trabajo de investigación al respecto del estudio del más profundo de los elementos en los que se fundamenta toda la música popular cubana; que es el sentido bicompasado del encause ritmático que emana de las dos células rítmicas del estado de la Clave...

Omar

Notas

La primera pregunta que casi siempre un director de una orquesta de show le hacía a un baterista, era la de si el mismo sabía leer música... Por cuanto es cierto de que habían bateristas que verdaderamente no sabían leer música; sobre todo aquellos que tocaban en orquestas y conjuntos de dedicados mayormente a la actividad bailable...

La orquesta de la anécdota era en Santiago de las Vegas, y la misma era dirigida por el destacado maestro Tejera; quien además de ser un clarinetista de primera, era el director de la Banda de conciertos de dicha ciudad...




   

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